Últimamente está en boca de nuestros vecinos la tan traída y manida conversación sobre la fábrica de automóviles Zahav Motor, cuyo director de expansión esta pendiente de ser desahuciado por impago de la vivienda que tiene arrendada en nuestra ciudad, y casi al mismo tiempo comprobamos que el mismo directivo fue condenado por la audiencia provincial de Málaga a una pena de tres años y seis meses de cárcel por el delito de apropiación indebida, sentencia de 16 de enero de 2.006, y que posteriormente fue indultado por REAL DECRETO 1354/2007, de 11 de octubre, algún medio de comunicación se refería a dicha fabrica con el subtitulo “entre la realidad y el deseo”, y tiene toda la razón, ahí, en esos sentimientos nos movemos todos.
Pero hoy tomando café en la terraza del bar Rody, en la plaza de la Asunción con un amigo del mundo de la empresa, me decía que el constructor todavía no ha cobrado ni un solo euro de las obras ejecutadas (35 % según visita a las obras la semana pasada por las “autoridades locales”), que la situación es insostenible y que se está planteando una U.T.E. (Unión Temporal de Empresa) con otra constructora para intentar terminar la obra. Y aquí comienza mi reflexión: Si cuando se presenta el proyecto se habla de una inversión de 50 Millones de euros, ¿como es posible que los promotores esperen a cobrar en el mes de abril la subvención de la Junta de Andalucía de 3,5 millones de euros (fondo perdido) para pagar a la constructora?, a esto hay que sumarle que los suelos son propiedad municipal (de todos los Jerezanos y jerezanas) Que garantías tienen “nuestros gestores” que no darán titulo a una reedición de “TOMA EL DINERO Y CORRE” (2ª parte).
No sería la primera vez, se acuerdan ustedes de “Chocolate la Cartuja”, caso similar al que nos ocupa, pero en aquella ocasión nuestro Ayuntamiento cobro el suelo, y fue la Junta de Andalucía la timada a través del hoy Presidente del Consejo Regulador, por aquel entonces en el Gobierno Andaluz D. Antonio Fernández.
Pues nada, seguiremos moviéndonos entre la realidad y el deseo, pero la responsabilidad está en el tejado de las administraciones municipal y autonómica. Avisados estamos.
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